Gols Boulevard,
Leonid Afremov.
Leonid Afremov.
LLUEVE
Llueve.
El agua puntea notas de plata en charcos de ébano.
Las hojas, empapadas, tapizan las aceras.
Como el tambor senil, del mismo ritmo ya hastiado,
las gotas, rebeldes, redoblan sus cantinelas.
Llueve.
El bulevar vacío huele a virgen, negra tierra;
a la madera mojada de aquel viejo nogal,
donde, grabada, nuestra promesa permanezca,
aunque en nuestros corazones sea rasgado retal.
Llueve.
La lenta lluvia lava las heridas del alma.
Su sonido constante sosiega mi ánimo.
De mis batallas internas consigo la calma,
convertida en levadura de mi ser ácimo.
Pedro
Gols Boulevard,
Leonid Afremov.