martes, 22 de septiembre de 2015

¡Arde Troya!

"¡Arde Troya, la bella Ilión!.
Quiso el destino que fuera tu final sumida en luz, tú, que fuiste faro en la oscuridad del navegante.
Maldito el día en que tu hijo más querido afrentó a la diosa, malditas tus inexpugnables murallas, los bellos palacios y templos que albergaban; por ellas, Poseidón te envidió y lanzó a sus perros griegos a despedazarte. Tanto se perdió...
Héroes murieron en tus puertas, el fuerte Héctor y el gran Aquiles. Para su gloria eterna quedaron en la memoria de los hombres.
No hubo gloria para las mujeres y los niños de Troya. Fuego, sangre y cadenas. No hubo gloria para sus soldados, solo lanzas y cuchillos traidores en costados y gargantas. Porque ha de saber el mundo, que sin el engaño del ladino Ulises, aún tus murallas erguidas, cantarían al mundo la hermosura de tu gente.
¡Salve Troya! Tu nombre no pudieron borrar los dioses. Y que Príamo, rey sin corona, en su agonía sepa que Ilión sigue viva.

Pedro"


¡Arde Troya, la bella Ilión!.
Quiso el destino que fuera tu final sumida en luz, tú, que fuiste faro en la oscuridad del navegante.
Maldito el día en que tu hijo más querido afrentó a la diosa, malditas tus inexpugnables murallas, los bellos palacios y templos que albergaban; por ellas, Poseidón te envidió y lanzó a sus perros griegos a despedazarte. Tanto se perdió...
Héroes murieron en tus puertas, el fuerte Héctor y el gran Aquiles. Para su gloria eterna quedaron en la memoria de los hombres.
No hubo gloria para las mujeres y los niños de Troya. Fuego, sangre y cadenas. No hubo gloria para sus soldados, solo lanzas y cuchillos traidores en costados y gargantas. Porque ha de saber el mundo, que sin el engaño del ladino Ulises, aún tus murallas erguidas, cantarían al mundo la hermosura de tu gente.
¡Salve Troya! Tu nombre no pudieron borrar los dioses. Y que Príamo, rey sin corona, en su agonía sepa que Ilión sigue viva.

Pedro