lunes, 20 de junio de 2016

TARDES DE ESTÍO

Hoy preso estoy, mi amor,
soñando en cárcel de hastío.
Sufriendo tortura mi corazón.
Teniendo mi cordura en vilo.

Anhelos de aquellas tardes,
del cálido y susurrante estío
Entre velos y sedas, naranjos y olivos,
tú encendido edén, yo gélido río.

Río que lame tu orilla,
en torrente convertido.
Rozo tu flor oculta,
con suaves besos fríos,
y recojo de tu tersura,
preciosas gotas de rocío.
Diminutos diamantes líquidos,
sobre paños de oro bruñido.

Tus ojos suplican que apague,
el infierno alojado en tu ombligo.
Y demoro inundarte con mis aguas.
Me niego a perder el sentido,
en tus ansias de amor salvaje,
en tu éxtasis de oscuro olvido.

Pedro.