Pasan los años, mi vida,
en nuestra existencia;
el opaco hastío anida
dejándonos, mi vida,
nuestras almas huecas.
Piedras quebradas,
ayer por arcoiris tocadas.
Rosa roja deshojada.
Margarita alba callada.
Ventanas antes abiertas
están ahora tapiadas
con conformidad y desidia.
Ya no vemos la luna,
que antaño nos susurraba.
Ya no lucen las estrellas,
en nuestras caricias, olvidadas.
Y caen una tras otra,
lágrimas de añoranza
por tu ser perdido, amor,
mi alma, mi esperanza.
Pedro.