Duerme, pequeño, duerme.
No temas al loco viento,
ni a la heladora escarcha,
ni al graznar del negro cuervo.
Que tu madre te arropa,
en su cálido pecho
y tu padre se enfrenta,
al monstruo de tu miedo.
Duerme, pequeño, duerme.
No te dañará el invierno.
El amor de tus padres,
será un castillo inmenso.
Hecho de mil caricias
y los más dulces besos,
cantarinas risas
y sus abrazos tiernos.
Duerme, pequeño, duerme.
No tengas un mal sueño.
Juega con tu cometa,
en el azul del cielo.